
Una de las creencias más comunes sobre las viviendas industrializadas es que son frágiles o poco resistentes. Muchas personas las confunden con casas prefabricadas livianas o piensan que, al no estar hechas con ladrillos y cemento, no son seguras.
Pero esto no es así.
Las viviendas industrializadas usan materiales y sistemas que están diseñados para durar, soportar cargas, y resistir el paso del tiempo. A continuación, desmentimos los puntos más comunes de este mito.
1. “No están hechas de materiales resistentes”
En realidad, se usan materiales técnicos y de alto rendimiento, como estructuras de acero galvanizado, paneles SIP con núcleo aislante, y revestimientos de alta durabilidad. Estos sistemas son usados en países con normas estrictas de construcción.
2. “No duran muchos años”
La durabilidad de una vivienda no depende solo del material, sino de cómo está diseñada y construida. Una vivienda industrializada bien ejecutada puede durar tanto o más que una casa tradicional. Además, requiere menos mantenimiento porque no hay humedad ni grietas como en los sistemas húmedos.
3. “No resisten climas extremos”
Las viviendas industrializadas tienen un excelente comportamiento térmico y estructural. Con el diseño adecuado, pueden adaptarse a climas fríos, cálidos, húmedos o secos. Incluso, en muchas zonas se construyen con estos sistemas por su resistencia al viento y al fuego.
4. “No son una inversión segura”
Estas viviendas tienen valor de reventa, y cada vez hay más gente interesada en comprarlas por su eficiencia. Son una inversión sólida, especialmente porque permiten controlar los costos desde el inicio.
Conclusión
No se trata de construir con ladrillos o con paneles. Se trata de construir bien. Y la vivienda industrializada es una forma moderna, confiable y segura de tener tu casa.
¿Tenés dudas o querés ver ejemplos reales?
Escribinos y te mostramos cómo es una casa industrializada por dentro y por fuera.